La cerveza sin o poco alcohol tiene una graduación alcohólica nula o baja que se consigue a través de dos métodos

La destilación – consiste en evaporación de los niveles de alcohol llevando al cabo un proceso de cocción a temperaturas altas. Éste método se aplica de manera vigilada con el fin de reducir la pérdida de los aromas originales.

Ósmosis inversa – un proceso que implica un equipo avanzado y consiste en separar los componentes alcohólicos de la cerveza con un sistema de alta presión. En este caso, la perdida de los sabores es mínima.

Microfermentación – La técnica de microfermentación se basa en controlar cuidadosamente el proceso de fermentación para limitar la producción de alcohol. Implica utilizar cepas de levadura seleccionadas que tienen una menor capacidad para producir alcohol, así como ajustar la cantidad de azúcares fermentables en la receta inicial. De esta manera, se minimiza la conversión de azúcares en alcohol mientras se preservan los sabores y aromas característicos de la cerveza. La microfermentación permite a los cerveceros crear cervezas ligeras y refrescantes que conservan su complejidad y perfil de sabor, ofreciendo una alternativa atractiva para quienes prefieren opciones con menos alcohol sin sacrificar la calidad.